martes, 5 de noviembre de 2013

La cosa económica (publicado en Granada Hoy el martes, 5 de noviembre de 2013)

Cuentan que, ya bien avanzada la dictadura, el general Franco preguntó a los americanos (digo yo que no sería él personalmente, pero da lo mismo) qué hacer para avivar la maltrecha economía española. El mismo bulo relata que la respuesta fue sencilla y clara: haz más ricos a los ricos —inyecta dinero a catalanes y vascos— y más pobres a los pobres —posterga a los sureños que ya están acostumbrados—. Y le salió bien. España, eso sí, mucho más y más rápido unos que otros, fue creciendo en indicadores económicos. No sé si esas reglas elementales de rancio y oprobioso arraigo son las que conducen a nuestro ínclito ministro de hacienda a anunciar el comienzo de la salida del túnel tras constatar la subida de la bolsa (dichosos los inversores) y el obsceno incremento de ganancias de nuestros mezquinos y rácanos banqueros y demás alta casta empresarial, mientras que las cifras de desempleo se mantienen (bien gordas, se entiende). Pero parece que Dios los cría y ellos se juntan (bueno, don Mariano fecit). Porque su compañero de economía también parece estar dispuesto a dejar perlas para la posteridad. Después de casi dos años de legislatura, después de que su única mención a una parte de su cartera, la ciencia, haya sido para desprestigiar veladamente las ciencias básicas diciendo que la única merecedora de inversión es la aplicada (la que produce resultados rápidos tangibles), después de diez meses de retraso en la convocatoria del plan de investigación de 2013, se descuelga ahora diciendo que van a evaluar el sistema y a los propios investigadores. ¡Es inaudito! Resulta que tras media legislatura no nos han evaluado todavía. ¡Pero es que deberían haberlo hecho antes de entrar en el gobierno si hubieran sido una oposición responsable y consciente de la importancia de la ciencia! Todavía no saben quiénes somos, qué hacemos, ni cómo lo hacemos. ¿O es que pretenden estimular nuestro rendimiento intimidándonos con el aviso de una evaluación? Señor ministro, los científicos estamos acostumbrados a las evaluaciones. De hecho, no hacemos otra cosa que someternos a ellas. No nos dan miedo. Háganla, pero, a lo mejor, deberíamos evaluarlos a Vds. ¿Qué excelencia puede Vd. exigirnos cuando sus cartas credenciales para llegar a tan alta posición fueron participar como directivo en la quiebra de Lehman Brothers?


No sé qué tiene la cosa económica. Nos han escogido a dos mentes preclaras, dignas de las más altas cotas de la memoria de la oratoria y de la visión política. Suerte para ellos. Infortunio para los ciudadanos.

1 comentario:

  1. Desde luego, mucha razón tiene JCTi. La cosa económica 'versus' la cosa científica. En Cartagena se usa una expresión que 'viene al pelo': 'Eso ...no tiene fuste'. Saber popular para indicar que los políticos de referencia (esos aludidos) no se han dado cuenta que la ciencia (la 'básica', más) sustenta el peso del conocimiento y, en esta medida, de 'la verdad' y el progreso. No son ellos los que soportan el peso del mundo con la economía, solo admito que empujen al planeta, pero... ya se sabe lo que ocurre si desplazamos mi fuste cartagenero.

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